MORYA

HISTORIA DEL MAESTRO MORYA

¿QUIÉN ES EL MAESTRO MORYA?

El Maestro Ascendido El Morya, de origen mercuriano, quien ha servido en numerosas encarnaciones como Rey, hombre de Estado, ejecutivo legislador de hombres, monarcas y naciones, comprometido activamente en el servicio a la luz, ha hecho énfasis en su legado más importante y esencial: inspirarnos a vivir una obediencia iluminada a la Voluntad de Dios.

Como Abraham, descendiente de una familia de sacerdotes de sangre real, antiguo patriarca progenitor de las doce tribus de Israel, fue considerado el fundador de todas las religiones y el prototipo del hombre de fe quien dejó sus tierras y viajó a otras desconocidas, que Dios le había prometido que heredaría, para convertirlas en una gran nación. Como aporte de los numerosos profetas que vinieron a despertar la conciencia de la humanidad, Abraham nos enseñó a soltar todos los dioses externos y dirigirnos hacia la única fuente inagotable del Yo Soy de cada uno. El Morya, quien encarnó varias veces como un rey, fue Melchor, uno de los tres Reyes Magos que siguieron a la Estrella de Belén para llegar a Jesús –el que cumpliría todas las promesas de Dios para sus descendientes espirituales– junto a los sabios de Oriente, Gaspar y Baltazar –encarnaciones de Kuthumi y el Maestro Tibetano Djwal Khul–. Otra vez mostró su fe y la obediencia a la voluntad de Dios, que lo impulsó a buscar al Cristo en sus siguientes vidas.

Reaparece en el siglo V como Arturo, rey de los británicos, quien haciendo uso del correcto poder de la voluntad divina, “poder para la justicia y defensa de la Verdad”, convierte a Camelot en un lugar idílico de igualdad, justicia y paz, donde para proteger las sagradas enseñanzas de Cristo convoca a los Caballeros de la Mesa Redonda para buscar el Santo Grial, del cual se decía que tenía poderes curativos y regenerativos, pero que no es otra cosa más importante que el descubrimiento interno del Yo Superior, el verdadero autoconocimiento. Nuevamente, como Tomás Moro en el siglo XV, sirve como conciencia y consejero principal del rey inglés Enrique VIII –encarnación de Enrique II, dos veces nacido como rey, quien lo elevó dos veces al cargo de Canciller y dos veces lo martirizó por haber obstruido sus ambiciones–. En esta ocasión se rehusó a apoyar el divorcio del rey pues era un defensor de la Iglesia católica y antes de ser decapitado mencionó que no podía ir en contra de su conciencia, que moría como “buen Siervo del Rey, pero de Dios, primero”. Escribió el famoso libro Utopía. Fue canonizado en 1935. Después de solo siete años, El Morya encarnó como Akbar, el más grande de los gobernantes mogoles. Su imperio se extendía sobre gran parte de la India, Afganistán y el Pakistán actual. A pesar de su riqueza y poderío, tenía costumbres modestas, comía poco y se abstenía de comer carne seis meses al año y prohibía la matanza de animales durante ese período. La última vida de El Morya fue como El Morya Khan, príncipe rajput de la India al final del siglo XIX.

Escrita por Aaron Gordillo, de la Hermandad galáctica de la Estrella Blanca